Hay tres grupos diferentes de personas en esta vida. Las que jugaron ‘La Leyenda de Zelda: Ocarina del Tiempo’y lo lograron pasar. Las que jugaron los niveles simples y se quedaron atrapadas en el Templo del Agua. Y las que no saben de que estoy hablando. Yo estoy en el segundo grupo. 🫠
Para contexto, ‘La Leyenda de Zelda: Ocarina del Tiempo’ es un videojuego de acción y aventuras desarrollado y publicado por Nintendo para Nintendo 64. Zelda es la princesa y Link es el protagonista y el héroe. Lo sé, ¡qué papel tan reducido el de la mujer! que sólo está ahí para ser rescatada por el personaje masculino, a pesar de ser la portadora de la Trifuerza de la Sabiduría.
Era 1999 (más o menos) y todo lo que quería era pasar todos los niveles en Zelda. Pero, por alguna razón, mi prima mayor era la única que podía lograrlo. Hablame de «comportamiento del personaje principal». Recuerdo verla como la persona más genial del planeta -todavía lo hago. Tenía su propia habitación, era buena con los videojuegos y tenía un discman: PERSONAJE PRINCIPAL.
Steff vino dos veces a casa a ayudarme a terminar el juego.
Con los años, de algún lugar ‘aprendí’ que tenía que hacerlo todo siempre a la perfección: tener las mejores ideas y que fueran sólo mías. Y que si tenía la idea, yo era quien debía hacerla realidad.
Esa es –spoiler– una de las mentiras más descomunales del planeta.
el último mixtape.
Hay dos lados de un casette: el lado A son las personas.
‘La gente cambia a la gente’, esa es la clave. Y eso no está reservado a comportamientos y movimientos sociales.
Como una orquesta, con todos los diferentes sonidos y armonías, necesitamos las mentes de las demás personas para lograr cosas. Durante años nos enseñaron que las mentes creativas pueden caminar, jugar y crear solas, pero eso es solo una pequeña parte del proceso. Incluso si sientes que es mejor para ti ser un lobo solitario en la vida creativa; en alguna parte, incluso en la más pequeña, necesitarás de una interacción.
Años después de que Stef me ayudara a completar Zelda (el videojuego), entendí que soy la mejor yo -hablando creativamente- cuando existo en equipo. Porque se necesitan de varios jugadoras para crear: las que tienen la idea, las que la hacen realidad y las que la ejecutan. No hay forma de poner en acción este hermoso planeta si no nos sentamos, reflexionamos y trabajamos en conjunto.
El lado B son las ideas.
Hay algo muy poderoso en ser el puente entre una idea y una mente creativa. Es imposible tener todas las ideas. Una parte muy humilde (y revitalizante) del proceso creativo es saber que las ideas pueden provenir de distintas personas.
Soy una firme creyente de que mis ideas no son para mí. Y, por otro lado, hay algunas ideas que tienen algunas personas que, si tengo la suerte, me llegarán. Las ideas siguen su propio camino y las que están destinadas a llegar al mundo físico lo harán. Las ideas no nos pertenecen, por mucho que intentemos conservarlas. Las perdemos apenas tocan la mente de otra persona.
“(…) así que este es el trato: el trabajo es muy duro, esencialmente imposible. No se puede hacer. Solo se puede hacer si lo haces en conjunto con otras personas.»
— Michael Schur, director.
La buena noticia es que podemos tener una parte en la sinfonía. Lo bueno es que algunos videojuegos son para que los completemos entre varias personas, y eso no solo está bien sino que es perfecto.
Afortunadamente, tenemos todo el año para normalizar este comportamiento, practicar el trabajo en equipo, regalar ideas a las demás personas y sorprendernos cuando se convierten en algo más grande y mejor.
El mundo es mejor en colaboración, así que hagamos equipo ✌🏻